Esperanza para quien enfrenta soledad

La Biblia presenta algunos personajes que enfrentaron la soledad. Elías quedó varios días solo junto al arroyo de Querit (1 Reyes 17:1-7). JOB

Pero, tal vez, la mayor soledad la experimentó Jesús en el Getsemaní y en la cruz. El quedó solo. Los discípulos dormían cuando debían orar y estaban lejos cuando debían estar cerca (Luc. 22:39-46). En la cruz él también estuvo solo. Su clamor fue “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me desamparaste?” (Mat. 27:46). Él estaba solo.
Sin embargo el hombre no fue creado para vivir solo. Dios declaró al crearlo: “no es bueno que el hombre esté solo” (Gén. 2:18). A pesar de referirse al casamiento, este texto también se aplica a los relacionamientos, por eso Salomón dice que “Mejor es ser dos que uno…” (Ecl. 4:9-12).
¿Cómo vencer la soledad? La mejor receta fue prescripta por Jesús cuando dijo que “donde estuvieren dos o tres reunidos en mi nombre, allí estará en medio de ellos” (Mat. 18:20).
Por eso, en primer lugar, tenga una relación saludable con otras personas cristianas (“dos o tres reunidos en mi nombre”). Allí la soledad es vencida, pues es el lugar donde Dios está presente, los amigos se encuentran, los sueños son compartidos y las oraciones son atendidas.
En segundo lugar, procure relacionarse con las personas a través de la iglesia, la comunidad y estrechando la amistad con un amigo. La Biblia afirma que “hay un amigo más allegado que un hermano” (Prov.18:24), y éste con seguridad lo podrá ayudar.
Y, por sobre todo, tenga esperanza y seguridad que Dios está a su lado. Él afirmó: “No temas, que yo estoy contigo…” (Isa.41:10), y Jesús dijo: “Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mat.28:20). Eso lo hará sentirse feliz y acompañado.
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